El estrés como tal, es indispensable en todo ser vivo ya que es un mecanismo fisiológico en el cual el cerebro y algunas sustancias químicas se activan preparando al organismo para reaccionar de una u otra manera frente a los estímulos externos, pero cuando el estrés es muy elevado y repetitivo, al individuo (en este caso al gato) le puede costar mucho trabajo gestionarlo adecuadamente y por eso enferma.
El lugar que le ofrece a un gato alimento y refugio seguros, es adoptado como su territorio, el cual vigila, cuida y controla celosamente porque es el lugar que le permite subsistir. Mientras el gato pueda controlar su territorio, se sentirá a gusto y tranquilo, pero cuando no puede hacerlo, se estresa.
¿Cómo controla el gato su territorio?
A través del marcaje con sus feromonas (sustancias químicas), el gato marca su territorio y todo dentro de éste, pues eso le permite mantenerse orientado y al mismo tiempo comunicar a otros que “este territorio es mío”.
Y como es tan meticuloso, cada día revisa su inventario, que todo esté en su sitio, que nada se haya movido un solo milímetro o huela diferente, y rectifica sus marcas para que estén bien frescas y visibles por si aparece intempestivamente algún individuo que le genere amenaza.
¿Cómo hace su marcaje?
El gato tiene feromonas en sus mejillas, entre sus garritas y en la orina, por eso frota todo con su carita (marcas olfativas), rasguña las superficies (marcas visibles) y en ocasiones de alto estrés orina (marcas olfativas y visuales más fuertes).
¿Cuándo pierde el gato control de su territorio?
Cuando lo sacan de casa, cuando va al veterinario o peluquería, cuando llega a casa un desconocido, un nuevo gato, un perro, cuando pintan la casa, cambian los muebles o hay mudanza… El gato pierde sus marcas, es decir, pierde el control, se desorienta, se siente vulnerable y se estresa.
Un gato estresado porque perdió el control de su territorio, usualmente se esconde, no come o come excesivamente, marca con orina y/o elimina inadecuadamente, se torna agresivo, entre otros.
¿Cómo ayudarlo?
Comprender su naturaleza felina, que está basada en la territorialidad, nos ayuda a ayudarlo con consideración y respeto. Sabiendo esto, jamás volveremos a hacer un cambio que afecte a nuestros gatos, de forma brusca.
Siempre introduciremos progresivamente todo cambio. Por ejemplo: si vamos a mudarnos, alistamos en la nueva casa un cuarto con todos los recursos del gato, con muebles, cobijas y juguetes que posean sus marcas y cuando pase el caos, y la casa esté lista, ordenada, sin extraños ni caos, lo dejamos explorar y marcar su nuevo territorio.
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Escrito por:
Ana Gallo. Etóloga
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