¿Garritas destructoras?

¿Garritas destructoras?

Una queja común entre las personas es que nada en casa se salva de las uñas del gato: sofás, puertas, ventanas, todo es un blanco perfecto para afilar sus uñas…

Lo primero es entender que se trata de un acto instintivo, muy útil por cierto ya que para todo felino, sus garras son su principal arma de caza, pero además, el sudor que desprenden al afilarse, también les facilita el marcaje de su territorio.

Pero... Si en casa tiene su territorio y alimento seguros, ¿por qué rasguñarlo todo?

Existen varias razones que explican este comportamiento:

1. Ya lo dijimos, para desarrollar su instinto. Por eso buscarán en el interior de casa, donde ejercitar sus garras y afilar sus uñas, acudiendo a superficies con texturas que suplan las exteriores, claro, si nos les ofrecemos los juguetes adecuados para ello.

2. Por diversión y curiosidad. Para muchos gatos, el acto de afilar las uñas resulta tan placentero, que lo convierten en parte de sus rutinas de juego, sintiendo atracción por texturas como la de alfombras, cojines, muebles, papeles de colgadura, entre otros.

3. Ansiedad. El cambio de casa, la remodelación del hogar, muchos gatos cerca de tu casa, la llegada de un nuevo miembro al hogar, entre otros, eleva el estrés en tu gato y esto atenúa el hábito de arañar, de hecho la ansiedad generada por estrés, se detecta fácilmente porque los lugares que araña son dispersos: puertas, ventanas, sofás, sillas…

4. Seguridad. Cuando tu gato se siente vulnerable (ejemplo, la presencia de otros gatos), se dispondrá a dejar muchas más marcas advirtiéndole su presencia a los vecinos o a los nuevos integrantes de la familia.

¿Qué debes hacer?

1. No lo regañes. Ya dijimos que afilar sus uñas es instintivo, no un acto de maldad y si lo hace por estrés, regañarlo aumenta su inseguridad.

2. Limpia las zonas arañadas con alcohol o agua y jabón, así eliminas su olor dispersándolo un poco de ‘mantener sus marquitas frescas’.

3. Regálale un rascador cómodo y estable. Ubícalo en el lugar donde no quieras que rasguñe tus muebles y enséñale las primeras veces a usarlo, frotando suavemente sus garritas en él, varias veces al día o justo cuando veas que va a rasguñar otros objetos.

4. Detecta las causas de su estrés y aumenta su seguridad. Instala puertas o mallas de seguridad que impidan que gatos callejeros se cuelen en tu casa. Vigila cómo se relaciona con los demás animalitos de la casa. Restringe su acceso a toda la casa, a solo unas cuantas habitaciones y proporciónale un gimnasio con peldaños altos donde se sienta seguro, relajado y pueda visualizar mejor todo su entorno. En Mirringa Mirronga lo hacemos a la medida sus necesidades, de tus espacios, de tu gusto y presupuesto.

Escrito por:
Ana Gallo. Etóloga

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